Vinieron de todas partes
los caracoles del mundo
para asistir a un congreso
sin que faltara ninguno.
De los cinco continentes
llegaron entusiasmados
unos volando en avión
otros navegando en barco;
y a pesar que se apuraron
y corrieron sin descanso
los que llegaron primero
se demoraron cuatro años.
En el centro de la plaza
este congreso juntó
un millón de caracoles
con sus cachitos al sol.
A toda esta multitud
no fue problema alojarla
porque cada uno vino
con casa propia en la espalda.
Como primera misión
los caracoles presentes
votaron para elegir
un caracol presidente.
Se escogió por mayoría
al caracol vietnamita
que venía en una hoja
tirada por mil chinitas.
Luego habló para quejarse
el embajador de España
porque a ellos se los comen
mezclados con ensaladas.
Al final hizo un discurso
el caracol de Sudáfrica
que habló contra las babosas
que andan piluchas, sin casa
Todos se hicieron amigos
y se entendieron muy bien
pues todos los caracoles
hablaban caracolés.
Después de un baile de gala
y un banquete suculento
se dieron besos y abrazos
y se terminó el congreso;
hace dos años se fueron
hacia sus casas de vuelta
pero caminan tan lento
que todavía no llegan.
Autor: Jano Antrix en http://antrix-versoninho.blogspot.com/