A veces podemos pensar, ordenar, estructurar, planificar una actividad.
A veces hasta logramos plasmar una imagen tan nítida en nuestra imaginación que nos parece que ya estamos ahí.
A veces surge la maravillosa posibilidad de cambiar gran parte de lo pensado a la hora de salir a la cancha.
Esto nos pasó el jueves 29 de Octubre, un par de minutos antes de salir a escena con el taller de radio para niños y niñas.
El primer obstáculo a superar fue la disposición del lugar, de creer que podríamos estar en ronda, nos encontramos con que las butacas de la sala no eran movibles, por lo que debimos pensar en un escenario y un público no muy lejano, que pueda participar sin problemas.
Antes de entrar en la los pequeños y las pequeñas eran advertidos por un integrante del grupo de lo importante que era “preparar bien las orejas”.
Para romper el hielo, utilizamos la canción de los piratas. De ahí en más fuimos piratas dispuestos a compartir nuestro tesoro.
“Los piratas van a buscar por aquí y por allá un tesoro que es de oro y es difícil de encontrar…” al compás de la música los piratas buscamos desesperados un tesoro. ¿Que tesoro? Los niños y niñas debieron adivinar que tesoro podía ser.
Luego de descubrir que el gran tesoro se encontraba dentro de una gran caja negra, y descubrir que no era posible verlo sino que había que escucharlo, porque eran: SONIDOS. ¿Qué sonidos? Otra cosa a descubrir por los chicuelos y las chicuelas.
Estos sonidos nos sirvieron para cargar una antigua radio mágica que era la compañía de los piratas en sus largos viajes por mar.
Una vez que la radio estaba cargada estábamos listos para escuchar. Pero cuando tratábamos de sintonizar algo en la radio nada nos gustaba, solo había noticias y música para adultos.
Entonces los invitamos a escuchar a nuestros amigos, que nos deleitaron con algún cuento, poesía o limerick.
Una vez terminado el taller, luego de escuchas atentamente las devoluciones de niños y niñas, hicimos un trencitos bailando para salir de la sala.
Ninguno de los talleres fue igual, la parcipación de los chicos es distinta en cada experiencia. A medida que pasábamos de un taller a otro, encontrábamos nuevas preguntas para hacerles o ellos encontraban algún comentario con el cual sorprenderlos.
Esta experiencia caracolesca fue compartida hasta el momento con 200 mini piratas. Sin titubeos una experiencia digna de compartir y volver a realizar.
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